Series 2

Estudio 6 DONES DEL SEÑOR ASCENDIDO

(Pasaje bíblico:  Efesios 4:4-16)

En Efesios 4:4-6 se enfatizan los grandes hechos fundamentales de la fe cristiana que a la vez son sus aspectos unificadores. En los versículos 7-16 el apóstol escribe sobre la diversidad de dones que caracterizan a quienes son miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Es un tema intrigante y tenemos que referirnos también a otros tres pasajes del Nuevo Testamento que tratan sobre el tema de los dones espirituales: mire Romanos 12:3-8, 1Corintios 12:4-11 (de hecho, los capítulos 12, 13 y 14) y 1Pedro 4:10-11. Limitando nuestro estudio a la enseñanza presentada en Efesios 4:1-16, observamos lo siguiente:

  1. El DADOR de los Dones.

Esto se presenta en los versículos 7, 8 y 11, donde se nos dice que Cristo mismo da dones espirituales a los miembros de su Iglesia, pero note especialmente el versículo 8, que es una cita del Salmo 68:18. El Señor Jesús descendió a la muerte, resucitó y entonces ascendió al Cielo. Cuando ascendió, habiendo derrotado al pecado, la muerte y el Infierno, llevó “cautiva a la cautividad” (es decir, a los santos del Antiguo Testamento que hasta la Ascensión moraban en el Paraíso), y entonces recibió dones del Padre para que los derramase sobre la Iglesia. Pero ¿a quién le da estos dones?

  1. Los RECEPTORES de los Dones.

¿Son los dones espirituales solo para algunos de los miembros del Cuerpo, la Iglesia?: mire el versículo 7 y subraye “a cada uno de nosotros”. Se refiere a cada uno de los verdaderos creyentes. Cada cristiano, sin excepción, ha recibido algún don del resucitado y exaltado Señor: vea Romanos 12:4, donde se nos dice que todos tenemos alguna “función”; también 1Corintios 12:4-5 y 1Pedro 4:10. Es un error que un cristiano diga: “no hay algo que yo pueda hacer”, o: “¡mis días de servicio ya han pasado!” Pero note este maravilloso hecho: a cada cristiano Dios ha dado “la gracia conforma a la medida del don de Cristo” (versículo 7). Como puede ver, la naturaleza del don determina la medida de gracia dada para poder ejercer el don. Al predicador le es dada la gracia para predicar, al que ora para orar, al maestro para enseñar, al que ayuda para ayudar (1 Corintios12:28), ¡y así a todos! Pero ¿tenemos todos los mismos dones?

  1. La DIVERSIDAD de los Dones

Mire el versículo 11. Aquí Pablo menciona cinco dones especiales que el Señór ha dado a su Iglesia (o cinco clases de hombres a los que le han sido dados estos dones especiales):

  • Apóstles:} Estos fueron dados con el propósito de poner los
  • Profetas:} fundamentos de la Iglesia, como nos dice Efesios 2:20.
  • Evangelistas: El ministerio de un evangelista está especialmente dirigido hacia los inconversos: mire 2Timoteo 4:5.
  • Pastores: Compare Juan 21:15-17 y Hechos 20:28. Es un ministerio de cuidado de las ovejas del rebaño de Cristo.
  • Maestros: El trabajo del maestro es el de instruir a la Iglesia en las cosas de Dios, dar leche a los bebés (1 Pedro2:2) y alimento sólido a los que son más maduros (Hebrews 5:14), para que haya crecimiento y estabilidad.

En 1Corintios 12:8-11, así como en los versículos 14-25, leemos sobre otros dones además de los anteriormente mencionados. ¿Quizás el suyo esté mencionado ahí? Estudie todo este pasaje cuidadosamente y después note la sencilla palabra “ayudan” en 1Corintios 12:28. Cada uno de los dones es importante y necesario. ¿Cuál es su don? Y ¿para qué son los dones?

  1. El PROPÓSITO de los Dones.

Los versículos 12 y 14 nos dicen el triple propósito del Señor al dar estos dones a su Iglesia.

(1) Prepararnos para servir. Eso es lo que nos dice el versículo 12. Esto es lo que quiere decir: el Señor ha dado evangelistas, pastores, maestros, etc… “para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio.” Los evangelistas, pastores y maestros no tienen que hacer todo el ministerio, sino que su principal tarea es la de equipar a los santos para funcionar activamente como miembros del Cuerpo.

(2) Ayudarnos a crecer. El versículo 12 sigue diciendo: “para la edificación del cuerpo de Cristo”. Dios no quiere que nos quedemos como bebés espirituales (1Corintios 3:1-3), sino que quiere que crezcamos (2Pedro 3:18); por eso ha dado dones a su Iglesia, para que los miembros puedan crecer: ¡mire el versículo 15!

(3) Protejernos de ser dañados. El Enemigo siempre está listo para engañar aun a los “elegidos” (Mateo 24:24), y a fin de protegernos de sus “falsos profetas” (Marcos 13:22) y de sus “herejías destructoras”, el Señor ha puesto maestros en la Iglesia para que podamos ser instruidos en la verdad y sepamos cómo detectar las mortales falsedades y mentiras del Demonio.

El propósito final del Señor al dar dones a su Iglesia lo indica el versículo 13, que también nos habla de: 

  1. La DURACIÓN de los Dones.

¿Hasta cuándo serán necesarios los dones en la Iglesia? Solo hasta… ¡versículo 13! Cuando estemos con Cristo, quien es Cabeza del Cuerpo, la Iglesia, entonces él será “todo en todo” (Efesios 1:23) y ya no habrá lugar para los dones ni necesidad de ellos. ¡Él lo será TODO!