Series 2
Estudio 8 LAS RELACIONES DEL CRISTIANO
(Pasajes bíblicos: Efesios 5:22-33 y 6:1-19)
La importancia de este tema se hace evidente por el hecho de que el Espíritu Santo le haya dedicado una tan larga porción de esta carta a las relaciones que deberían existir entre cristianos en tanto que esposos y esposas, padres e hijos y amos y siervos.
- No hay nada más hermoso en la tierra que un hogar cristiano. En este pasaje de las escrituras tenemos una presentación inspirada de cómo quiere Dios que sea un hogar cristiano, y de cómo puede ser con Su ayuda.
- La vida cristiana se ha de vivir, efectivamente y antes que nada, en el hogar. Tenemos que llevar nuestra experiencia cristiana a cada una de nuestras relaciones: personal, social, negocios, profesional, recreativa, etc., pero antes que nada ha de ser operativa en la esfera doméstica: mire y compare Marcos 5:19 y Lucas 8:39. Nuestra vida y nuestros labios han de hacer manifiesta nuestra experiencia cristiana primero en el hogar: vea 1Timoteo 5:4 Tito 2:5.
- El lugar más difícil para llevar una vida coherente es el hogar. Es así porque ahí es donde más fácilmente nos despojamos de nuestro autocontrol, y si no hemos aprendido el camino divino de victoria y el plan de Dios para una vida armoniosa, habrá discordia y fricción.
- El mayor testimonio que podemos ofrecer al mundo es un hogar cristiano feliz, armonioso y en paz. En el hogar se ve el cristianismo en acción: vea 2Reyes 4:8-10.
- Dios nos da lo necesario para que cada uno de sus hijos vivan coherentemente como cristianos en su hogar. Esa provisión es el Espíritu Santo viviendo en nosotros: Efesios 5:18. El ideal de Dios para el hogar solo es posible alcanzarlo por la plenitud del Espíritu Santo.
¿Cómo deberían entonces comportarse los creyentes en las exigentes relaciones de la vida doméstica? La respuesta está en el versículo 21. En otras palabras, el secreto de un hogar feliz y armonioso está en la sumisión mutua; no en la resistencia orgullosa, no en el esfuerzo por defender los propios “derechos”, sino en una amorosa consideración por la otra persona, con respeto y consideración mutuos en el espíritu de Cristo, Veamos en detalle las relaciones mencionadas.
- CASADAS, someteos a vuestros maridos (5:22-24 y 33).
Estas no son ideas humanas, son instrucciones de Dios. Las esposas han de someterse a sus maridos “como al Señor… en todo”. El Señor es Cabeza del Cuerpo, la Iglesia, y como tal cuida de la Iglesia, provee para ella y la protege. El marido ha de hacer igual para su esposa y la esposa ha de someterse a él como su cabeza. “No es cuestión de superioridad del marido e inferioridad de la esposa, sino de las respectivas posiciones que Dios, en su soberana sabiduría, ha asignado a cada uno. Este ha sido el orden divino desde la Creación: vea Génesis 2:21-23. Siempre habrá problemas si el orden se invierte.
- MARIDOS, amad a vuestras mujeres (5:25-33).
El marido debe amar a su esposa “como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”, es decir, con un amor desinteresado y sacrificado. ¡Cuán a menudo hay una falta de atenta consideración y de comprensión por parte del marido, y cuán a menudo es esto causa de la infelicidad en el hogar! El amor del marido por su esposa ha de ser operativo en cada fase de la vida matrimonial, doméstica y social, incluyendo tanto las relaciones más íntimas como las que están a la vista de otros.
- HIJOS, obedeced a vuestros padres (6:1-3)
Estos versículos nos presentan el orden de Dios para un hogar cristiano, y es la única clase de hogar que le es aceptable. ¡Qué gran necesidad hay hoy en día de que los hijos hagan caso del versículo 2! Mire 2Timoteo 3:1-3, y note que la desobediencia a los padres es una de las señales de la apostasía de “los postreros días”. El perfecto ejemplo de obediencia lo encontramos en nuestro Señor Jesucristo: mire Lucas 2:51.
- PADRES, críen a sus hijos para el Señor (6:4)
Note que este versículo comienza con un aviso: “no provoquéis a ira a vuestros hijos”. Mire Deuteronomio 6:6-9. Qué sagrado ministerio es encargado a quienes tienen hijos para “criarlos en disciplina y amonestación del Señor”: compare Proverbios 22:6.
- SIERVOS, obedeced a vuestros amos (6:5-6)
La mayor parte de los hogares de Éfeso tenían esclavos, y por eso el Espíritu Santo ha incluido aquí la relación amo-siervo. ¡Y cuánto se espera de los siervos! Hemos de trabajar para nuestro señor terrenal como si fuera nuestro Señor celestial (versículos 5 y 7). Esto quiere decir que no estaremos mirando el reloj, que no llegaremos tarde, ni seremos descuidados, ni desleales. Y Dios con seguridad nos recompensará (versículo 8).
- AMOS, cuiden del bienestar de sus siervos (6: 9)
Esto quiere decir que los empleadores han de tratar con la misma consideración con que ellos esperan ser tratados y a la que tienen derecho por parte de sus empleados. ¡Materia para pensar para todos los empleadores!
Estas son las reglas de Dios para unas relaciones humanas felices, santas y armoniosas, y solo es posible cumplirlas si vivimos obedientes a Efesios 5:18, es decir, como esposas y maridos, hijos y padres, siervos y amos que tratan de vivir obedientemente bajo el control del Espíritu Santo.