Series 1

Estudio 9 LO MEJOR DE NOSOTROS PARA EL SEÑOR

Versículo clave:  “…vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrantando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre Su cabeza.”
(Marcos 14: 3)

El incidente relatado en Marco 14:3-9 es realmente conmovedor. Simón ofrecía en su casa una fiesta de agradecimiento al Salvador por las bendiciones recibidas, y Jesús, Sus discípulos, María, Marta y Lázaro estaban entre los invitados. De repente María se va hacia el Señor llevando en las manos una valiosa vasija de alabastro llena de un costosísimo y delicado ungüento perfumado y, para sorpresa de todos, rompe la vasija y derrama el contenido sobre la cabeza (Marcos 14:3) y los pies (Juan 12:3) de nuestro Señor, ungiéndole. El valor monetario, tanto de la vasija como del ungüento, era considerable. ¿Cuál era el significado de esta acción de María? Significaba su entrega al Señor Jesús de lo mejor de ella, de lo que tenía y de su mismo ser, pues al romper el alabastro y derramar el perfume de nardo lo que estaba realmente diciendo era:

“Toma todo mi amor, Señor,

Todo ahora pongo a tus pies;

Toma mi vida y siempre será

Sólo para mi Salvador.”

En aquel tiempo todas las jóvenes preparaban una vasija de costoso perfume y la guardaban hasta el día en que el hombre que amaban las pedía en matrimonio. Si la joven aceptaba darle su amor y su corazón, entonces rompía la vasija y derramaba el contenido sobre los pies de él. No importaba lo que le hubiera costado la vasija, era lo mejor que tenía y eso era lo que daba. Eso es lo que María hizo con su Señor, Aquel que la amó tanto que pronto moriría por ella en la cruz. María deseaba estar espiritualmente desposada con Él (Isaías 62:5;  Oseas 2:19) y por eso le entregó lo mejor de sí misma, todo su ser.

1.     ¿QUÉ PODEMOS DARLE AL SEÑOR JESÚS?

No tenemos una vasija de alabastro llena de ungüento aromático, ¿qué podemos darle? Hay al menos tres obsequios que cada uno de nosotros podemos traerle:

(1)   Podemos darle lo mejor de nuestro amor .  Esto, sobre todo, es lo que hizo María; si bien el ungüento era costoso y la vasija valiosa, el verdadero regalo que entregó a Jesús era su amor. Todos podemos darle nuestro amor, que es lo que desea de nosotros por encima de todo. ¿Le ha entregado usted su amor más profundo?: compare Mateo 10:37 con Juan 21:15-17.

(2)   Podemos darle lo mejor de nuestros años.  ¡Qué gran privilegio es para una persona poder ofrecer al Señor toda su vida y todo su vigor! ¿No se merece Él todo lo mejor de nosotros, lo mejor de nuestra energía, de nuestra masculinidad o femineidad?  Es posible saber que pertenecemos al Señor y sin embargo seguir guardando para nosotros lo mejor de nuestras fuerzas, tiempo y dones, en vez de entregárselos a Él.

(3)   Podemos darle lo mejor de nuestros talentos.  Todos y cada uno tenemos algún talento. ¿Cuál es el suyo? Cualquiera que sea, el Señor quiere usarlo. Si lo pone a Sus pies con completa entrega, Él lo usará de una manera realmente asombrosa. ¿Ha leído alguna vez el himno de Frances Ridley Havergal “Quiero consagrarme hoy” y le ha entregado de veras al Señor sus momentos, días, manos pies, voz, labios, plata, oro, intelecto, voluntad…?

2.     PERO, ¿POR QUÉ HEMOS DE ENTREGARLE LO MEJOR DE NOSOTROS AL SEÑOR JESÚS?

Una vez más, hay tres respuestas a esta pregunta:-

(1)   Porque Él es digno de lo mejor nuestro. ¿Quién es Él? Él es el eterno Hijo de Dios (Juan 1:1 y 14), el Señor de la gloria (1 Corintios 2:8),  el Salvador de los pecadores (1 Timoteo 1:15), nuestro Salvador (Gálatas 2:20). ¿No será digno de todo lo mejor de nosotros mismos que podamos ofrecerle?

(2)   Porque Él ha dado todo lo mejor de sí mismo por nosotros. Él lo ha dado todo por nosotros y ha derramado su preciosa sangre por nosotros en la Cruz para que pudiéramos ser redimidos (1 Pedro 1:18-19).  Cuando María se dio cuenta de todo lo que su Señor había dado e iba a dar por ella, entonces se sintió movida a darle lo mejor de sí, todo su ser, a Él. En Marcos 14:8 descubrimos que el Calvario fue lo que la movió: 2 Corintios 5:14.

(3)   Porque sólo dándole lo mejor de nosotros mismos podemos disfrutar de lo mejor de Él. Aquel momento de dedicación fue para María el momento más feliz de su vida, y a partir de aquel momento disfrutaría de profundo gozo (Juan 15:11) y paz perdurable (Juan 16:33) al haber entregado lo mejor de sí, todo su ser, al Señor. Si le damos poco, sólo seremos capaces de disfrutar poco (de Él), pero si le damos lo mejor de nosotros mismos Él será indeciblemente precioso para nosotros (1 Pedro 2:7).

3.     ¿CUÁL SERÁ EL RESULTADO DE DARE LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS AL SEÑOR JESÚS?

(1)   Algunos pondrán objeciones.  La reacción inmediata de otros, cuando María entregó al Señor lo mejor de sí, fue indignación, murmuración, crítica y malas interpretaciones: mire Juan 12:5. Judas enseguida describió el acto de dedicación de María como  un “desperdicio”, y así es como el mundo a menudo valora la dedicación de una vida completamente entregada al Señor: mire Mateo 26:8.

(2)   El Señor Jesús estará complacido.  No hay nada mejor en el mundo que ser objeto de Su aprobación: vea el versículo 6. ¿Qué importa lo que el mundo piense, si Él se complace en nosotros?

(3)     Será una ayuda para otros.  ¡Qué maravilloso resultado el del simple acto de devoción y dedicación de María!: vea el versículo 9. ¿Quién podrá calcular el gran alcance de la influencia de una vida completamente entregada al Señor?  ¿Le ha entregado usted completamente la suya?

 

What follows is the

SPANISH TRANSLATION OF Frances Ridley Havergal´s HYMN

REFERED TO IN THIS STUDY

AND IN USE IN SPANISH-SPEAKING EVANGELICAL CHURCHES

[The fundamental concept is retained, but the wording is quite different, for obvious musical reasons – in this Study I have done my own more faithful, and still singable translation of the first verse. I am copying this typical translation below in case you would like to include it after this Study 9]

Quiero consagrarme hoy
Quiero consagrarme hoy
Sin reservas todo doy.
Holocausto en el altar,
Sólo a Dios quiero agradar. (Bis)

Mis oídos abrirás,
Tuyo soy, me marcarás.
Cual esclavo en la antigüedad,
No me des mi libertad. (Bis)

Manos listas para Ti,
Diligencia ve en mí.
Sin pereza, con fervor,
Serviré a mi Señor. (Bis)

Quiero que tu voluntad
Cumplas sin dificultad.
Alfarero Tú serás,
Barro soy, que formarás. (Bis)

Esta voz podrás usar
Tu Palabra al proclamar.
Vaso humilde quiero ser
En que muestres tu poder. (Bis)

Mi dinero quiero dar
Nardo puro derramar,
A tus pies, yo sé Señor,
Bien mereces lo mejor. (Bis)

Y mis pies Tú guiarás,
No me detendré jamás.
Mándame, ¿a dónde iré?
Llámame, te seguiré. (Bis)