Series 1
Estudio 6 EL SECRETO DEL GOZO PERMANENTE
Versículo clave: “…para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo”
(John 15: 11)
Estas palabras fueron pronunciadas por nuestro Señor Jesucristo y es muy importante que notemos cuándo las dijo. Era un momento muy extraño para hablar de gozo y alegría, porque al cabo de poco tiempo estaría en el oscuro Getsemaní, y poco después se vería frente a sus acusadores y escuchando las burlas e insultos de quienes le odiaban. Sí, fue justo antes de las agonías del Calvario cuando Él habló de “mi gozo…” y es muy significativo que, en las Escrituras, esta es la única ocasión en que habló de Su gozo. ¡Qué extraordinario habrá sido el gozo del Señor para permanecer en Él en unos momentos de prueba tan duros! Y su deseo y provisión para nosotros (es decir, para cada creyente) es que su gozo, que es tan diferente al del mundo, sea nuestro gozo: “…que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo”.
1. EL GOZO DE CRISTO DEBERÍA SER LA CARACTERÍSTICA PREDOMINANTE DE LA VIDA DE TODO CRISTIANO
Demasiado a menudo estamos tristes, sombríos y abatidos; pero como cristianos deberíamos estar llenos de gozo en todo: mire Filipenses 4:4 y 1 Tesalonicenses 5:16. La vida del cristiano debería manifestar, de la A a la Z, el gozo del Señor: gozo en la conversión (Hechos 8 :39), gozo en la lectura de la Santa Palabra de Dios (Jeremías 15:16), gozo en la oración (Juan 16:24), gozo en las tribulaciones (Santiago 1:2), gozo en el sufrimiento (Hechos 5:41), gozo en el servicio (2 Corintios 1:24) y gozo al final del camino (Hebreos 12:22). Si pertenecemos al Señor deberíamos estar siempre regocijándonos.
2. ¿QUÉ ES ENTONCES EL GOZO CRISTIANO, EL GOZO CON EL QUE LOS CRISTIANOS DEBERÍAMOS VIVIR?
(1) Es el gozo de Cristo: “…que mi gozo esté en vosotros” (Juan 15:11). “Mi gozo…en vosotros…” La vida cristiana es la vida del Señor Jesucristo en un hombre o mujer: vea Gálatas 2:20 y Colosenses 3:4. El gozo cristiano es el gozo de Cristo en un cristiano, y esto quiere decir que este gozo profundo y permanente no se encuentra en nadie más sino en Él. Hay otras clases de gozo con otros orígenes, pero Su gozo sólo se encuentra en Él.
(2) Es plenitud de gozo: “…que vuestro gozo sea completo” (Juan 15:11). Hay una gran diferencia entre gozo y plenitud de gozo. La vasija puede estar medio llena o completamente llena. El deseo de nuestro Señor para nosotros es que experimentemos plenitud de gozo continuamente: mire el Salmo 16:11, Juan 17:13 y 1 Pedro 1:8.
(3) Es un gozo permanente: “…que mi gozo esté en vosotros” (Juan 15:11). Note la palabra “permanecer” en estos versículos: 4, 5, 6, 7, 9 y 10. “Permanecer” en Él y Él “permanecer” en nosotros significa que su gozo siempre estará en nosotros. Nuestro gozo no es una experiencia intermitente, sino permanente. Es un gozo que no se ve afectado por las circunstancias: vea lo que el Señor le dice a sus discípulos en Juan 16:22. Estos primeros seguidores de Jesús habían de pasar por muchas pruebas y tribulaciones, pero Él les dijo que nada podría arrebatarles su gozo, Su gozo en ellos. Considere las siguientes tres ilustraciones de la naturaleza permanente del gozo cristiano y del hecho de que el gozo de Cristo en nosotros no se ve afectado por las circunstancias externas:
(i) Juan 15:11 – como hemos visto, el Señor experimentó este gozo bajo la sombra de la cruz: compare con Juan 17:13.
(ii) Lucas 10:20 – parece claro que el Señor les estaba diciendo: “No dejéis que vuestro gozo dependa de ninguna cosa terrenal o temporal, sino que dependa de lo que permanece… en el Cielo”.
(iii) Hechos 16:25 – Pablo y Silas, estando en grandes dificultades, estaban llenos del gozo de Cristo mismo y por eso pudieron cantar alabanzas a media noche: compare con Isaías 61:3, 2 Corintios 8:2 y Hebreos 10:34.
Lo llamativo y maravilloso es que el verdadero gozo cristiano no sólo no se ve afectado por las circunstancias adversas, sino que en realidad se ve aumentado en medio de las pruebas y tribulaciones: mire Santiago 1:2.
3. ¿CÓMO PODEMOS TENER ESTE GOZO?
(1) Teniéndole a Él. Si este gozo profundo y permanente es el de Cristo, sólo podremos tenerlo teniéndole a Él. En Hechos 8:8 leemos que “hubo gran gozo en aquella ciudad” ¿Por qué? El versículo 5 nos lo dice. Y el versículo 35 también. Para tener su gozo hemos de tenerle a Él: vea Juan 17:13.
(2) Leyendo su Palabra. Cuando leemos la Biblia y aceptamos la verdad, sentimos un gran gozo: mire 1 Juan 1:4. Esto es como tener “el corazón ardiendo” como resultado de estar con Él y oírle: vea Lucas 24:32.
(3) Sometiéndonos a Él. Note en Lucas 10:21 que se nos dicen dos cosas: la primera, que “Jesús se regocijó…”, y la segunda, que se sometía completamente a la voluntad de su Padre. Su gozo era el gozo de una total y continua sumisión a la voluntad de su Padre celestial. En palabras de Madame Guyon, “¡O, la bendición de un dolor aceptado! Cuando aceptemos el sufrimiento de su mano, los dolores tanto como los placeres, entonces nuestro gozo será verdaderamente pleno”.
(4) Por el Espíritu Santo. La traducción literal de Lucas 10:21 es “Jesús se regocijó en el Espíritu Santo”, y otra traducción dice “en aquel mismo momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús”: mire y compare con Romanos 15:13.
Ahora mismo Jesús está exaltado en el Cielo, el Hombre perfecto en un perfecto cuerpo humano. Su deseo es que Su gozo sea completo en nosotros. ¿Cómo será esto posible, estando el allá y nosotros acá? ¡Él está en el Cielo y nosotros en la tierra! La respuesta es: por el Espíritu Santo. “El fruto del Espíritu es… gozo”: mire Gálatas 5:22, y compárelo con Hechos 13:52 y Efesios 5:18.